Llegado el mes de septiembre, todos los mexicanos del mundo se vuelven más patriotas, comienzan a usar más verde, blanco y rojo y a planear las fiestas para celebrar la independencia y el hecho de haber nacido en uno de los mejores países del mundo.
Las calles se llenan de decoraciones de papel picado con los colores de la bandera, los chiles en nogada regresan a los menús de los restaurantes y todos comienzan a fantasear con hundir su cuchara en un pozole calientito y recién preparado.
Esa famosa comida mexicana es un icono de la identidad nacional y un motivo de orgullo para los mexicanos, pero no muchos saben que tiene una historia problemática y algo sangrienta.
El pozole es un plato para celebrar, para curar la cruda y sanar el alma es un plato completo y muy saludable, esto porque contiene granos, proteína y verduras. El pozole es un plato para celebrar, para curar la cruda y sanar el alma (o simplemente para matar el hambre), además, de acuerdo con el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) es un plato completo y muy saludable, esto porque contiene granos, proteína y verduras (aunque se hace un poco menos sano al agregar chicharrón, crema y las típicas tostadas que lo acompañan).
Todos los mexicanos han probado el pozole en alguna de sus variaciones y es uno de los platillos que le recomiendan a todos los extranjeros cuando visitan el país, pero ¿se han preguntado de dónde viene? ¿Cuál es su origen y cómo lo prepararon las primeras personas que lo crearon?
Hoy en día, el pozole (el verde, el blanco y el rojo son los más populares) se prepara con carne de cerdo, res o pollo, pero no siempre fue así. De acuerdo con los historiadores, el platillo era parte de un ritual antiguo y era consumido únicamente por los miembros de la realeza y la clase noble, y originalmente se preparaba con carne humana.
La carne que se encontraba en la famosa sopa era tomada de los muslos de los prisioneros de guerra sacrificados a los dioses. De acuerdo con los expertos, el canibalismo era una práctica común de los gobernantes y de acuerdo con el libro ‘Sabor que Somos’, en el año 1530, Nuño Beltrán de Guzmán derrocó a los indígenas, y, para celebrar, fue recibido en Tonalá con danzas y una cena del clásico pozole.
Beltrán de Guzmán quiso ir a ver la olla en la que preparará el platillo y al asomarse descubrió que había sido preparado usando restos humanos.
Este no era solo un platillo para matar el hambre, era parte de un ritual y prepararlo tenía un proceso largo y complicado en el que se honraba a los dioses. Todo comenzaba sacrificando a un prisionero, después, tomaban la carne del muslo derecho para el plato de Moctezuma y el resto de la carne se entregaba a quienes ayudaban a preparar la sopa.
¿Los mayas eran caníbales?
En la Historia verdadera de la Nueva España, Bernal Días del Castillo escribió que se rumoraba que Moctezuma era caníbal. De acuerdo con Michael Harner, era difícil domesticar animales en tiempos de Moctezuma, lo que significa que no criaban ganado u otros animales para la alimentación, y por eso recurrieron a la carne humana. Eso cambió con la llegada de los españoles, quienes ya tenían animales domesticados y los trajeron a la Nueva España en tiempos de la conquista.
El libro “Bueno para comer” explica que la carne humana se le entregaba a los guerreros como una motivación para querer defender a su pueblo y pelear contra sus enemigos (necesitaban las calorías), pero ese eventualmente fue reemplazado con la carne de los animales y la era del canibalismo se terminó. El pozole de hoy no es un ritual para agradar a los dioses o para motivar a los guerreros, y seguramente estarás tranquilo de saber que ya nadie usa carne humana para prepararlo.
Comments